
A. M. Homes, Cosas que debes saber. Anagrama, 2005.
Estimado lector,
hay cosas que deberías saber, cosas perturbadoras. Hay cosas que preferirías no
escucharlas, taparte los oídos y decir no oigo, no oigo, no oigo, pero son
cosas que deberías saber. Hay cosas que debes saber cómo que “La intimidad, la
insoportable intimidad, es lo más mortificante cuando la gente conoce los
hábitos de tus entrañas, tu mezquindad, tu monstruosidad, e incluso cosas que
ni siquiera tú sabes de ti mismo”.
Publicado originalmente en el 2002, Things you should know, retrata la sociedad norteamericana,
posmoderna, desencantada y desubicada, de una manera extraordinaria. Se trata
de una serie de cuentos o relatos cortos que describen situaciones inusuales
pero que son el reflejo exacto e inequívoco, de una sociedad que perdió el
rumbo. Una sociedad que enfermó de Alzheimer y olvidó a sus padres, a sus hijos,
a ellos mismos. Y es que A. M. Homes, desde su desenfado y sus precisos trazos
lingüísticos, nos recuerda eso: que la sociedad norteamericana se caracteriza
por el olvido y la esquizofrenia en un mundo desencantado.
Desde que leí en
2007 el primer cuento de Homes, “Una verdadera muñeca”, me sentí fascinado por
esa forma de relatar las cosas. Sus escritos, y sobre todo sus cuentos, hacen
referencia a lo inverosímil que puede resultar la cotidianeidad. Como si lo
ordinario y mundano, fuera tapizado siempre por un halo que oscila entre lo perverso y lo
inaudito, sin llegar a caer en el ridículo. Sus historias entrelazan la vida
cotidiana de la clase media-alta estadounidense, con situaciones, personajes y
escenarios que pueden resultar poco habituales para muchos, pero que encierran
las tremendas contradicciones de la sociedad occidental.
En otras partes
me referiré a El fin de Alice, Música para corazones incendiados y Este libro te salvará la vida, tres
grandes novelas de Homes. Sin embargo, en este caso, quiero volver sobre los
cuentos de Cosas que debes saber.
Estoy muy convencido de que las mejores composiciones de Homes son sus cuentos. Y no es que sus novelas, controversiales como todo lo que escribe Homes sean
malas, al contrario, son realmente exquisitas. Sin embargo, sus cuentos tienen
una profundidad dentro de lo eximio de su composición literaria. Presentan un
nivel psicológico, que va más allá de las pocas páginas que los componen. Sus
cuentos dejan intranquilidad en todo el que se engancha en ellos. Son como una
espina que se clava profundamente en el alma del lector. Y si bien no son
pesadillas que uno quisiera olvidar para siempre, en muchos casos representan
imágenes que se impregnan en la memoria y nos conducen a un abismo, en el que
no queremos caer, pero que de alguna manera deseamos, profundamente, mirar en
lo insondable. Se trata de dejarnos llevar hasta el fondo de las páginas y tan solo emerger
al final de una narración que parece inconclusa, pero que lleva en sí, toda la
completitud de un cuento. En definitiva, los cuentos de Homes, al mismo tiempo
que quieren ser devorados, también son como hostias sagradas, que se comen en
pedacitos, lentamente. Hay que saborearlos dentro del paladar de la mente, no vaya
a ser que nos atragantemos con uno de sus relatos y quedemos paralizados antes
de poder huir de su destino.
“La lección
china”, relata un admirable uso de la tecnología de búsqueda y “rescate” de personas. Pero sobre todo, presenta todos los caracteres del
desconocimiento del otro. Narra la necesidad de dejar de ser alguien y ser otros
diferentes, y el profundo desconcierto que nos genera compartir la vida con un
extraño que en realidad es parte de nuestra familia. Esta idea también se puede ver
en “No molesten”, un cuento sobre el orgullo, la medicina, y la certeza de que
toda la vida conyugal fue un error del que no hay escapatoria.
“Mantengan la calma, por favor” es un relato del miedo a la vida, la necesidad de creer en algo aunque en verdad no lo creamos, y cómo las parejas sostienen relaciones incluso contra su propia voluntad.
“Cosas que debes saber”, como el título del libro, es justamente el relato más corto, pero a la vez, el que trae toda la incertidumbre ante cosas que debes saber, y no las sabes, o las olvidas, o faltaste justo el día en que la maestra dio esa clase, y ahora es imposible rememorarla.
“En una colchoneta, flotando en el agua” y “Afuera el tiempo es brillante y soleado” forman un conjunto de relatos oníricos y extraordinarios que recrean la mente juvenil, los problemas familiares o de relacionamiento, las capacidades extraordinarias de una jovencita, y como todo eso se mezcla dentro de escenas cotidianas e igualmente extravagantes.
“Georgica” es una excitante historia sobre la crisis de la mediana edad, las locuras de una treintañera que recoge condones usados por rescatistas en la playa, a la vez que narra la imposibilidad de las relaciones reales.
“Los niños prodigio”, que según las reseñas oficiales se adentra en un mundo casi irreal anfetamínico, en realidad plantea la humillación y la iniciación sexual como caminos no muy separados, como vertientes que se entrecruzan en la vida de dos jóvenes y sus primeras experiencias homosexuales.
Finalmente “Cohetes alrededor de la luna”, plantea la mirada de un preadolescente desde sus palabras y sus vivencias, la desestructuración del mundo familiar, y cómo la supuesta felicidad ajena no es más que una visión que se destruye en apenas unos segundos.
“Mantengan la calma, por favor” es un relato del miedo a la vida, la necesidad de creer en algo aunque en verdad no lo creamos, y cómo las parejas sostienen relaciones incluso contra su propia voluntad.
“Cosas que debes saber”, como el título del libro, es justamente el relato más corto, pero a la vez, el que trae toda la incertidumbre ante cosas que debes saber, y no las sabes, o las olvidas, o faltaste justo el día en que la maestra dio esa clase, y ahora es imposible rememorarla.
“En una colchoneta, flotando en el agua” y “Afuera el tiempo es brillante y soleado” forman un conjunto de relatos oníricos y extraordinarios que recrean la mente juvenil, los problemas familiares o de relacionamiento, las capacidades extraordinarias de una jovencita, y como todo eso se mezcla dentro de escenas cotidianas e igualmente extravagantes.
“Georgica” es una excitante historia sobre la crisis de la mediana edad, las locuras de una treintañera que recoge condones usados por rescatistas en la playa, a la vez que narra la imposibilidad de las relaciones reales.
“Los niños prodigio”, que según las reseñas oficiales se adentra en un mundo casi irreal anfetamínico, en realidad plantea la humillación y la iniciación sexual como caminos no muy separados, como vertientes que se entrecruzan en la vida de dos jóvenes y sus primeras experiencias homosexuales.
Finalmente “Cohetes alrededor de la luna”, plantea la mirada de un preadolescente desde sus palabras y sus vivencias, la desestructuración del mundo familiar, y cómo la supuesta felicidad ajena no es más que una visión que se destruye en apenas unos segundos.
El último cuento, “la ex primera dama y el héroe del fútbol americano”, es una
historia muy estadounidense, demasiado local para mi gusto, que narra la
fragilidad de la vida, la locura, los olvidos, y los esfuerzos de un ex
presidente y su primera dama por sobrevivir a la vejez.
Pd: Una de las
otras razones por las que vale leer Cosas
que debes saber en español, es su magnífica e impecable traducción a cargo
de Javier Martínez de Pisón, que nos devuelve un texto completo, y sobre todo,
ajeno a los localismos ibéricos, que hacen que muchas de las novelas y cuentos
traducidos al españolísimo suenen a un jooooder
insoportable.