El camino a la locura
Por este camino que serpentea el páramo
una vez andé errante,
ahora lo vuelvo a andar
decidido y no vacilante.
Es un derrotero que conoció Valverde,
un camino largo y difuso
que se pierde en el horizonte.
Más las indicaciones son claras y precisas:
¡Es tan facil el camino,
que uno termina por extraviarse!
Esta vez no me perderé en el viaje,
y lograré mi objetivo.
¡Esperad poetas de la locura,
que llego en la bicicleta
-sin ruedas- del destino!

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