29 de abril de 2011

Soy la sombra de lo escrito

Soy la sombra de lo escrito.
Como una mano zurda sobre el escritorio de la severa maestra.
Tengo los huesos calados del frio invierno nuclear,
y tú la escafandra blanca después del estallido.
Cuando te conozca estaré dentro de las bombillas,
luz para la vigilia del domingo,
atardeceres que nunca acaban
y colores perpetuos en la retina.

Soy la sombra de lo dicho.
Como gritar en medio de una isla erosionada y vacía.
Tengo las palabras justas,  por eso callo,
prefiero invertir en lo seguro.
Cuando en tus oídos aparezca de pronto,
el zumbido de las moscas y la llamada de la planta,
es que oirás mis únicas palabras.


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